Hola, me llamo Felipe
Y llevo 22 años y 340 días
haciéndome la vida imposible.
¡Hola Felipe!
Todo comenzó a los 12 años,
cuando dejé de buscar contentarme
por contentar a otros.
Todo tiene un comienzo, y tu final empieza aquí.
Desde entonces que sólo he buscado
ser inteligente y amar a alguien dañado
a quien reparar.
Oh, cielos ¿¡qué es lo que te has hecho a ti mismo?!
Yo pensé que estaba haciendo las cosas bien
que realmente era un tipo inteligente
y que era suficiente para repararlas.
¿Por qué? ¿Para qué? ¡Suelta esa cruz!
No puedo, no quiero
es lo único que tengo y que he logrado forjar
durante toda mi vida.
Y ahora no tienes nada...
Exacto. Nada más que estos zapatos,
este archivo de word
y una frustración de 8375 días.
Pero ahora, nos tienes a nosotros.
Sí. Y todo estaría bien
si tan solo ustedes fueran reales
y no yo mismo dentro de mi cabeza.
Tienes razón, tienes razón. Adios ¡Adios!
Adios, y llévense con ustedes
mis penas y alegrías, mis fuerzas y mis miedos
y háganme un hombre nuevo.
Lo siento, no te oímos. A partir de hoy estás solo.
Ya lo se, ya lo se
porque hasta quien me quiso lo alejé
y temo que ya no volverá más.
22 años hablando solo,
sintiendo solo, amando solo,
que llegan hoy a su fin con el cierre de este telón.
Y llevo 22 años y 340 días
haciéndome la vida imposible.
¡Hola Felipe!
Todo comenzó a los 12 años,
cuando dejé de buscar contentarme
por contentar a otros.
Todo tiene un comienzo, y tu final empieza aquí.
Desde entonces que sólo he buscado
ser inteligente y amar a alguien dañado
a quien reparar.
Oh, cielos ¿¡qué es lo que te has hecho a ti mismo?!
Yo pensé que estaba haciendo las cosas bien
que realmente era un tipo inteligente
y que era suficiente para repararlas.
¿Por qué? ¿Para qué? ¡Suelta esa cruz!
No puedo, no quiero
es lo único que tengo y que he logrado forjar
durante toda mi vida.
Y ahora no tienes nada...
Exacto. Nada más que estos zapatos,
este archivo de word
y una frustración de 8375 días.
Pero ahora, nos tienes a nosotros.
Sí. Y todo estaría bien
si tan solo ustedes fueran reales
y no yo mismo dentro de mi cabeza.
Tienes razón, tienes razón. Adios ¡Adios!
Adios, y llévense con ustedes
mis penas y alegrías, mis fuerzas y mis miedos
y háganme un hombre nuevo.
Lo siento, no te oímos. A partir de hoy estás solo.
Ya lo se, ya lo se
porque hasta quien me quiso lo alejé
y temo que ya no volverá más.
22 años hablando solo,
sintiendo solo, amando solo,
que llegan hoy a su fin con el cierre de este telón.